Nació en Rentería (Guipuzcoa) el 22 de Mayo de 1913. Hizo el juniorado en Urnieta y el noviciado en Las Arenas. Su primera oblación fue el 15 de Agosto de 1929.
Volvió a Urnieta donde permaneció unos meses hasta que pudo abrirse el nuevo escolasticado de Pozuelo. En él cursó los estudios teológicos.
El servicio militar y la guerra retrasaron su profesión perpetua y su ordenación sacerdotal hasta el año 1940. La primera obediencia lo llevó a Uruguay donde pasó 36 años dedicando su entusiasmo apostólico a las buenas gentes de El Cerro, en Montevideo. Fundó el colegio de San José que fue su dedicación preferida, su preocupación y causa de sus lágrimas a la hora de la despedida.
En 1977 regresó a la provincia de España y fue destinado a la parroquia de San Bartolomé, en Lejona. Prestó servicios en la Parroquia, en las capellanías y dedicó tiempo y cariño a la enseñanza del euskera.
No se olvidó de Uruguay. Le gustaba brindar en las fiestas nacionales. En 1984 hizo una visita a Montevideo y vivió la emoción de verse recibido en el aeropuerto con pancartas y aclamaciones.
Era reservado y no comentaba con nadie sus dolencias. El cardiólogo que le trataba le expuso la necesidad de una operación que él mismo realizaría en Madrid, para más garantía. "Me voy a la cruz" decía el P. Isaso antes de entrar en quirófano. Y entró para salir cadáver.
Fue en la mañana del 12 de Septiembre de 1986.
Volvió a Urnieta donde permaneció unos meses hasta que pudo abrirse el nuevo escolasticado de Pozuelo. En él cursó los estudios teológicos.
El servicio militar y la guerra retrasaron su profesión perpetua y su ordenación sacerdotal hasta el año 1940. La primera obediencia lo llevó a Uruguay donde pasó 36 años dedicando su entusiasmo apostólico a las buenas gentes de El Cerro, en Montevideo. Fundó el colegio de San José que fue su dedicación preferida, su preocupación y causa de sus lágrimas a la hora de la despedida.
En 1977 regresó a la provincia de España y fue destinado a la parroquia de San Bartolomé, en Lejona. Prestó servicios en la Parroquia, en las capellanías y dedicó tiempo y cariño a la enseñanza del euskera.
No se olvidó de Uruguay. Le gustaba brindar en las fiestas nacionales. En 1984 hizo una visita a Montevideo y vivió la emoción de verse recibido en el aeropuerto con pancartas y aclamaciones.
Era reservado y no comentaba con nadie sus dolencias. El cardiólogo que le trataba le expuso la necesidad de una operación que él mismo realizaría en Madrid, para más garantía. "Me voy a la cruz" decía el P. Isaso antes de entrar en quirófano. Y entró para salir cadáver.
Fue en la mañana del 12 de Septiembre de 1986.
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