Situación de los Oblatos de HAITI

AUNQUE EL INFORME ES UN POCO LARGO PARA ESTE BLOG NOS HA PARECIDO DE MUCHÍSIMO INTERÉS TODO LO QUE APARECE EN ÉL.

La situación después del terremoto (11/03/2010 - Haití)

Una presentación a la asamblea de la Conferencia Interprovincial de América Latina.

01. En esta presentación, nosotros los tres participantes de Haití: Phaniel NEPTUNE, Ellince MARTYR y Gasner JOINT, que no pudimos llegar a Asunción para el encuentro de CIAL, queremos compartir con nuestros hermanos de la Región nuestros sentimientos y una visión de la situación del país, después del famoso terremoto que lo puso casi al fondo del abismo.

02. Nuestro primer pensamiento, al ver tanta destrucción, tanta violencia y tantos cadáveres en la noche del 12 de enero, consistía en darnos cuenta de la fragilidad de la vida y de la debilidad humana.

03. Pues, cuando los vecinos empezaron a agruparse y a formar núcleos de solidaridad para compartir lo mínimo que les quedaba (como agua, comida, vestidos y cubiertos para la noche), empezamos a entender la fuerza de la solidaridad humana. En efecto, las primeras formas de ayuda nacieron desde las víctimas mismas. Los sobrevivientes se pusieron a asistirse los unos a los otros mucho antes de la llegada de una ayuda formal. Sin embargo, no pudieron hacer mucho por no tener ningún recurso.

04. Al mismo tiempo, estos núcleos de solidaridad se convirtieron en grupos de oración que pasaron toda la noche alabando a Dios y pidiéndole misericordia por el país, sin distinción de religión. Las fórmulas de oraciones y las charlas de los predicadores circunstanciales fueron interrumpidas de vez en cuando por el grito del nombre de Jesús, cada vez que pasaban las réplicas: alrededor de una cincuentena, esa sola noche. Estos grupos no se disolvieron hasta ahora.

05. Fue en este contexto que llegó la ayuda internacional. Llegaron primero los Americanos, y después los Canadienses, los Franceses, los Dominicanos, etc. (Ya estaban presentes muchos países de América Latina). Trajeron alimentos y productos de primera necesidad y fueron aclamados por el pueblo como sus salvadores. Pasaron muchos días tratando de sacar de debajo de los escombros los cuerpos vivos y muertos. Infortunadamente, hay lugares donde la gente se queja de no haber visto a ningún socorrista.

06. Por un lado, el gobierno se queja también de que la ayuda internacional no pasa por sus instancias, sino por las ONG. Por otro lado, la gente está aprendiendo por experiencia que no hay mucho que esperar de sus líderes políticos en tiempos de crisis.

07. De parte de la Iglesia, aunque se murieron un arzobispo, una decena de sacerdotes, algunos religiosos, numerosas religiosas, muchos seminaristas y escolásticos, y a pesar de la destrucción de la gran mayoría de las Iglesias y seminarios y otros centros de formación, hay muchos esfuerzos para mantener una presencia profética entre los siniestrados y desplazados.

08. La Conferencia Episcopal Haitiana (CEH) se reunió algunos días después del desastre para elaborar un mensaje de esperanza para el pueblo que más que nunca necesitaba una orientación en su fe cristiana. Porque hay muchos predicadores de varias religiones que recorren las calles y aprovechan las posibilidades ofertas por los medios de comunicación social para alimentar una mentalidad supersticiosa y una actitud de miedo, frente a una cierta cólera de Dios. Urgen a la gente que dejen el catolicismo por integrar sus sectas, para evitar el castigo de Dios. En su mensaje, los Obispos explican que el terremoto es un cataclismo natural y no una punición de parte de Dios. Pero es un acontecimiento que a todos nos llama a cambiar de mentalidad, a avecinarnos más al Señor y a apreciar mejor el don gratuito de la vida.

09. El Santo Padre nombró a Mons. Joseph Lafontant a la cabeza de la arquidiócesis de Puerto-Príncipe, como su nuevo administrador apostólico sede vacante. Éste ya hizo tres encuentros con su presbiterio y uno con la Conferencia de los Religiosos (CHR). En todos estos encuentros, él señala que la Iglesia es una gran víctima del seísmo, que el clero está en la calle y es dónde celebra la Eucaristía junto con los fieles, que los seminaristas perdieron casi todos sus bienes que se quedaron bajo los escombros. Pero no omite mencionar que la solidaridad es muy concreta con el país, una solidaridad que viene de todas partes. Ésta puede ayudarnos a hacer de la catástrofe la posibilidad de una más grande concertación entre nosotros. Puede ser una ocasión providencial para que la Iglesia sea más cercana a la gente.

10. Todos reconocen que está situación nos impone implementar una dimensión muy importante de la misión continental de Aparecida: el reagrupamiento en pequeñas comunidades de fe y vida. Es verdad que su situación se vuelve muy precaria, pero como dice la gente misma, el Señor que hizo las cruces hizo también las espaldas.

11. El Nuncio Apostólico, Mons. Bernardito Auza, participó del encuentro con la CHR. Nos comunicó la simpatía y la solicitud paternal del Sumo Pontífice. Nos invita a la perseverancia y a la esperanza diciendo que Dios puede escribir derecho con líneas curvas. El promete financiar el reagrupamiento de los seminaristas des los tres primeros años de teología. Entregó al Presidente de la CHR un cheque para la reconstrucción del edificio que alojaba las oficinas de la Conferencia. También se compromete a ayudar a encontrar la financiación para la escolaridad de los alumnos cuyas familias dejaron la capital para establecerse en las zonas rurales. Por eso, él exhorta a los responsables de las escuelas congreganistas a aceptar estos alumnos sin hesitar.

12. Nosotros, Oblatos de Haití, estamos haciendo todo lo posible para acompañar espiritualmente, psicológicamente y económicamente a las personas heridas, desplazadas o traumatizadas en nuestras respectivas zonas. Pero nuestras posibilidades son muy limitadas. Afortunadamente, toda la Congregación en sus diferentes unidades vino a nuestro socorro. Aprovechamos esta ocasión para agradecer una vez más a todos los Oblatos de la Región, así como de la Congregación, por sus oraciones y su aporte financiero para el renacimiento de nuestro país y nuestra Provincia.

13. Agradecimos también a las Unidades con casas de formación que nos ofrecieron acoger algunos de nuestros escolásticos que perdieron su residencia, sus libros y bienes personales, y su centro de formación (el CIFOR). De verdad, somos interpelados por este impulso espontáneo de generosidad y de simpatía. De hecho, prevemos aprovechar estas ofertas para enviar uno u otro a estudiar afuera, aunque optamos por la propuesta concertada del CIFOR de dejarlos vivir en Haití la experiencia del pueblo que tendrán que acompañar en el futuro como pastores.

14. Lo que se está planificando por los escolásticos en el país es lo siguiente: Queremos aprovechar esta nueva situación para articular la reflexión teológica con la experiencia vivida. A corto plazo: De Pascua hasta Julio, pensamos retomar el programa con los del cuarto año, pues no les falta mucho para terminar. Los demás se quedarán en las parroquias donde ya se encuentran y les enviaremos unos artículos a leer y trabajos que hacer sobre la situación actual. Algunos profesores irán a encontrarse con ellos periódicamente. A medio y largo plazo: Formalizaremos más esta experiencia mientras planificamos la reconstrucción del CIFOR, en la espera de una orientación del Gobierno sobre una posible reconfiguración de Puerto-Príncipe.

15. Este evento tiene como consecuencias positivas: una solidaridad más grande entre los diferentes sectores del país, un entusiasmo renovado para la oración en todas las parroquias, y el deseo de compartir con los demás.

16. La vida no se detiene. El Espíritu del Padre y del Hijo sigue animando a la Iglesia para que sea siempre más servidora y profética, para que sea sal de la tierra y luz del mondo, levadura en la masa para la construcción de la nueva Haití que ya se anuncia.

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