Quiero compartir unas palabras sobre la música cristiana con todos los asiduos a este blog, sobre la música cristiana partiendo de una afirmación: "Para muchos católicos la música cristiana es una prima fea en la actividad pastoral"
¿Por qué digo esto? Se habla mucho de la música en la liturgia, de favorecer espacios para evangelizar desde los aerópagos modernos o incluso de la importancia de la música en la tarea pastoral, pero creo, sinceramente, que no se toma en serio ni a la música cristiana ni a los que se dedican (nos dedicamos) a ello como medio de evangelización.
Para los católicos es importante preparar bien unas charlas cuaresmales, unas catequesis u otro aspecto relacionado con alguna solemnidad litúrgica, y eso es algo que me parece fantastico; pero al referirnos a la música, a organizar un concierto u otra cosa similar, muchas veces se escucha: "Prepara algo y así hacemos un poco el chorra" (expresión española que significa hacer el tonto, perdemos el tiempo y similares) o se le dejan los peores 4 ultimos minutos de la actividad "si da tiempo" o "no queda hueco para ensayar cantos" o "da igual lo que cantes, lo de siempre está bien". No sólo eso sino que se pueden preparar actividades con jóvenes, niños o adultos y no preveer nada desde el punto de vista musical.
Los que trabajan este tema de la música han escuchado muchas veces, de parte de compañeros en el trabajo pastoral (otros catequistas, sacerdotes, religiosos, religiosas...) frases como la siguiente: "Deja ya la guitarrita y dedícate a algo serio", "¿Qué pretendes con eso de la música? ¿Fama? ¿Reconocimiento?" Tambien se perciben ciertas "risitas" que parecen tender a minusvalorar cualquier trabajo de este estilo.
Por no decir sobre la organización de conciertos... las parroquias gastan dinero para actividades, para obras, para restauración, para liturgia, y podríamos preguntarnos en los últimos 10 años, ¿cuanto ha gastado mi parroquia en música para evangelizar?
Es cierto que desde la música católica es necesario mejorar mucho, a muchos niveles (espiritualidad, fraternidad entre los músicos, composición, grabación, autenticidad... y un montón de cosas más); pero eso que quita la gran labor que se hace y cómo el Señor toca los corazones por este medio. Es, además, un medio de contacto con los jóvenes y niños.
Nuestro deseo con estas líneas es dejar de lado prejuicios sobre este tema, reivindicar su puesto como medio evangelizador (no como prima fea) e invitaros a todos a que pongais vuestro grano de arena en este medio. No dejemos que este ministerio sea menospreciado, hermanos.
<---Segunda parte del texto --->
¿Por qué digo esto? Se habla mucho de la música en la liturgia, de favorecer espacios para evangelizar desde los aerópagos modernos o incluso de la importancia de la música en la tarea pastoral, pero creo, sinceramente, que no se toma en serio ni a la música cristiana ni a los que se dedican (nos dedicamos) a ello como medio de evangelización.
Para los católicos es importante preparar bien unas charlas cuaresmales, unas catequesis u otro aspecto relacionado con alguna solemnidad litúrgica, y eso es algo que me parece fantastico; pero al referirnos a la música, a organizar un concierto u otra cosa similar, muchas veces se escucha: "Prepara algo y así hacemos un poco el chorra" (expresión española que significa hacer el tonto, perdemos el tiempo y similares) o se le dejan los peores 4 ultimos minutos de la actividad "si da tiempo" o "no queda hueco para ensayar cantos" o "da igual lo que cantes, lo de siempre está bien". No sólo eso sino que se pueden preparar actividades con jóvenes, niños o adultos y no preveer nada desde el punto de vista musical.
Los que trabajan este tema de la música han escuchado muchas veces, de parte de compañeros en el trabajo pastoral (otros catequistas, sacerdotes, religiosos, religiosas...) frases como la siguiente: "Deja ya la guitarrita y dedícate a algo serio", "¿Qué pretendes con eso de la música? ¿Fama? ¿Reconocimiento?" Tambien se perciben ciertas "risitas" que parecen tender a minusvalorar cualquier trabajo de este estilo.
Por no decir sobre la organización de conciertos... las parroquias gastan dinero para actividades, para obras, para restauración, para liturgia, y podríamos preguntarnos en los últimos 10 años, ¿cuanto ha gastado mi parroquia en música para evangelizar?
Es cierto que desde la música católica es necesario mejorar mucho, a muchos niveles (espiritualidad, fraternidad entre los músicos, composición, grabación, autenticidad... y un montón de cosas más); pero eso que quita la gran labor que se hace y cómo el Señor toca los corazones por este medio. Es, además, un medio de contacto con los jóvenes y niños.
Nuestro deseo con estas líneas es dejar de lado prejuicios sobre este tema, reivindicar su puesto como medio evangelizador (no como prima fea) e invitaros a todos a que pongais vuestro grano de arena en este medio. No dejemos que este ministerio sea menospreciado, hermanos.
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