Esta tarde he estado ensayando con un grupo de niños de mi parroquia. Es un pueblo con gente muy buena a la que le cuesta bastante acercarse a la Iglesia y motivarse para las actividades que se proponen.
Estamos preparando un Festival para la víspera de Navidad y como podemos imaginarnos esas cosas llevan ensayo, prácticas, paciencia,... con estos niños estamos ensayando algunas canciones de estilo navideño y una de ellas se llama Paz es paz. Transcribo la letra.
Paz es paz, Cristo danos paz, ven aquí a entregárnosla, es como una luz, en la oscuridad, paz es paz, Cristo danos paz, danos paz.
Me ha admirado cómo les ha gustado a estos niños la canción. Cuando la cantaban era como que irradiaban esa paz y se la pedían a Cristo. Quizá el gesto sea muy sencillo y hasta un poco infantil, es verdad, pero de los que son como niños es el Reino de los cielos. A mi me gustaría poder tener y transmitir esa paz, esa frescura, esa ilusión que tenían los niños esta tarde. Una simple canción, con una letra sencilla puede ayudarnos a ser felices.
La anécdota con esta canción no acaba ahi. Media hora más tarde salgo a pasear por el pueblo, camino de otra de las iglesias para celebrar la misa y me cruzo con dos chicas del coro que iban por la calle cantando a voz en grito (al lado de la que supongo madre de alguna de ellas): PAZ ES PAZ, CRISTO DANOS PAZ.
Y pensé... cuánto tiempo no hará que estas calles no escuchan el nombre de Cristo, y mucho menos cantando. No olvidemos que es un pueblo que a pesar de ser andaluz, carece de procesiones, devociones populares (excepto a la patrona del lugar), el número de cristianos que participan en la misa dominical es mínino (apenas llegan a 100, sumando las tres iglesias, en una población de 5000 habitanes), no hay ningún joven que frecuente la iglesia y a duras penas se acecan las madres para la primera comunión con sus hijos.
Oremos para que Dios ilumine este pueblo, lo libre de todo mal y multiplique los niños que pidan, canten y griten: Paz es paz, Cristo danos paz.
Estamos preparando un Festival para la víspera de Navidad y como podemos imaginarnos esas cosas llevan ensayo, prácticas, paciencia,... con estos niños estamos ensayando algunas canciones de estilo navideño y una de ellas se llama Paz es paz. Transcribo la letra.
Paz es paz, Cristo danos paz, ven aquí a entregárnosla, es como una luz, en la oscuridad, paz es paz, Cristo danos paz, danos paz.
Me ha admirado cómo les ha gustado a estos niños la canción. Cuando la cantaban era como que irradiaban esa paz y se la pedían a Cristo. Quizá el gesto sea muy sencillo y hasta un poco infantil, es verdad, pero de los que son como niños es el Reino de los cielos. A mi me gustaría poder tener y transmitir esa paz, esa frescura, esa ilusión que tenían los niños esta tarde. Una simple canción, con una letra sencilla puede ayudarnos a ser felices.
La anécdota con esta canción no acaba ahi. Media hora más tarde salgo a pasear por el pueblo, camino de otra de las iglesias para celebrar la misa y me cruzo con dos chicas del coro que iban por la calle cantando a voz en grito (al lado de la que supongo madre de alguna de ellas): PAZ ES PAZ, CRISTO DANOS PAZ.
Y pensé... cuánto tiempo no hará que estas calles no escuchan el nombre de Cristo, y mucho menos cantando. No olvidemos que es un pueblo que a pesar de ser andaluz, carece de procesiones, devociones populares (excepto a la patrona del lugar), el número de cristianos que participan en la misa dominical es mínino (apenas llegan a 100, sumando las tres iglesias, en una población de 5000 habitanes), no hay ningún joven que frecuente la iglesia y a duras penas se acecan las madres para la primera comunión con sus hijos.
Oremos para que Dios ilumine este pueblo, lo libre de todo mal y multiplique los niños que pidan, canten y griten: Paz es paz, Cristo danos paz.
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