DIA PRIMERO

Este año en la celebración de la misa durante la novena incorporaremos algunos elementos de la antigua Novena. Uno de los aspectos será el siguiente: en la primitiva novena había una intención específica para cada día y una serie de peticiones que todos los fieles realizaban junto con el rezo del Rosario. Esta vez será en la misa donde actualizaremos estas peticiones.

Ponemos ahora el texto que usaremos en misa, y seguido de él la imagen del texto original.

DIA PRIMERO: Dedicado a pedir por la Iglesia.
Saludo del sacerdote:
"Hermanos, os anuncio con íntimo gozo la fiesta de Nuestra Patrona, la Reina de los Ángeles. Aquí reunidos en la Iglesia, preparémosle el homenaje de unos corazones limpios, y pidamos que así como El quiso coronarla como Reina y Señora de todos los ángeles, nos haga también dignos súbditos y fieles hijos suyos. Oremos y cantemos todos juntos y no olvidemos en nuestras plegarias las necesidades de todos."

- Pidamos por la Santa Iglesia de Dios, dígnate, por medio de María conservarla y santificarla.

- Pidamos por nuestro Santo Padre el Papa Benedicto, el Señor le de salud y larga vida.

- Pidamos por nuestro pastor de la Iglesia Diocesana, nuestro obispo Antonio, dale Señor, luz y amor para que pueda regir el pueblo Santo de Dios.

- Pidamos por nuestros sacerdotes, religiosos y seminaristas, por todas las personas consagradas a Dios, concédeles, fortaleza, ilusión, valentía y serena alegría.

- Pidamos por los misioneros y misioneras que en tierras lejanas llevan al Señor la alegría de los nuevos cristianos, Dios nuestro Señor los guarde y les robustezca en el Espíritu.

ORACION FINAL Oh Dios, que subiendo a María, en cuerpo y alma a los cielos, quisiste coronarla como Reina y Señora de todos los ángeles, te pedimos suplicantes que extiendas también su reinado y poderío sobre este pueblo, para que con los ángeles y los arcángeles puedan unirse un día en el himno de gloria que ellos ya le tributan.

Y tú, Señora, manda a los ángeles a nuestro lado para que nos defiendan en la lucha diaria y nos acompañen en la oscura noche; y así podamos un día, también con ellos, proclamarte eternamente Señora nuestra, gozando la gloria del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo.



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