Padre Jony en concierto

Esa es la música que hará mañana, en el CAEM, Joan Enric Reverté, más conocido por Padre Jony. Su sensibilidad artística cristiana le ha llevado hasta los niños soldados o las niñas esclavas sexuales de la guerra en Sierra Leona. Allí se dejó conquistar por su sonrisa y por sus ritmos, incorporados a algunas de sus canciones.

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Tambien os presentamos un par de videos para que conozcáis lo que hace y canta Padre Jony.









Provocar la Paz es lo que intenta con la Fundación del mismo nombre. Aquí, en Salamanca, se ha aliado con Manos Unidas y con los profesores y alumnos de Religión de Secundaria y Bachillerato en la Enseñanza Pública y en la privada concertada, buscadores –El buscador es el título de su segundo disco- de solidaridad a lo largo de esta semana que acaba.

La educación académica, humana, espiritual y religiosa de los adolescentes no funciona bien cuando se hace por compartimentos estancos: ahora toca Mates, esta tarde catequesis de Confirmación; luego nos vamos de marcha con los amigos con los que hemos quedado en el chat, a la espera de la cara de circunstancias o la bronca de nuestra madre mañana por la mañana. Los valores se asimilan mejor cuando dan forma a una experiencia global e integradora de toda la persona y eso es lo que han pretendido el Padre Jony y los profesores de Religión: se estudian las letras de las canciones en el aula; tienen un contacto personal, dialogal, con el artista al que han escuchado en clase o en los auriculares mientras van en el autobús; le escuchan decir que Jesucristo, su Evangelio, el Reino de Dios que puso en marcha, son para él el centro y los ve en las caras de los niños machacados en el Tercer Mundo o tristes en el Primero; acuden al concierto acompañados de los amigos; dejan que el sentimiento se empape de la música que les trae experiencias nuevas de sufrimiento ajeno y empatía; deseo de justicia y afán de cambiar el mundo, de dejarlo un poquito mejor de cómo nos lo han entregado los adultos. Y al día siguiente, fin de semana vacacional, sin ninguna obligación porque no hay clase, la red se amplía en los foros de participación en Internet al servicio de la solidaridad globalizada. La civilización del Amor ha dado un paso adelante.

Antonio Matilla, sacerdote, profesor y Delegado Episcopal de Enseñanza de la diócesis de Salamanca


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