Un saludo a todos.
Después de un largo paréntesis volvemos a la carga, añadiendo una nueva entrada a "Diario de un cura".
El jueves 26 marchábamos a Fátima de peregrinación con la parroquia de Jimena y de Tesorillo, un total de 38 personas queriendo renovar nuestra fe a través del mensaje mariano entregado a los pastorcillos.
El domingo regresábamos, el lunes lo podemos titular como "convento en obras", el martes comenzé otro viaje con escala en Málaga, esta vez hasta Madrid para hablar de "cosas de frailes" con el Padre Provincial y para participar en la Asamblea Nacional anual de la Renovación Carismática Católica.
Ha sido una experiencia fabulosa de fe, de oración, de fraternidad, de música cristiana por los cuatro costados.
El ministerio nacional de alabanza era el que animaba la parte litúrgica, los momentos de alabanza, la adoración... e incluso tenían preparado un concierto para el sábado por la noche. Fantástico. El Señor obra grandes cosas a través de la oración y pudimos compartir algunos testimonios muy hermosos de conversión, de llamadas y respuestas vocacionales, de sanación física... total una hermosura de parte de Dios.
¿Y ahora? Comienzo un tiempo de vacaciones de la parroquia para compartir con la familia, grabar algo (si Dios quiere).
Ya hemos vuelto y seguiremos todos los días aportando nuestro pequeño granito de arena a la música cristiana.
BENDICIONES PARA TODOS.
Después de un largo paréntesis volvemos a la carga, añadiendo una nueva entrada a "Diario de un cura".
El jueves 26 marchábamos a Fátima de peregrinación con la parroquia de Jimena y de Tesorillo, un total de 38 personas queriendo renovar nuestra fe a través del mensaje mariano entregado a los pastorcillos.
El domingo regresábamos, el lunes lo podemos titular como "convento en obras", el martes comenzé otro viaje con escala en Málaga, esta vez hasta Madrid para hablar de "cosas de frailes" con el Padre Provincial y para participar en la Asamblea Nacional anual de la Renovación Carismática Católica.
Ha sido una experiencia fabulosa de fe, de oración, de fraternidad, de música cristiana por los cuatro costados.
El ministerio nacional de alabanza era el que animaba la parte litúrgica, los momentos de alabanza, la adoración... e incluso tenían preparado un concierto para el sábado por la noche. Fantástico. El Señor obra grandes cosas a través de la oración y pudimos compartir algunos testimonios muy hermosos de conversión, de llamadas y respuestas vocacionales, de sanación física... total una hermosura de parte de Dios.
¿Y ahora? Comienzo un tiempo de vacaciones de la parroquia para compartir con la familia, grabar algo (si Dios quiere).
Ya hemos vuelto y seguiremos todos los días aportando nuestro pequeño granito de arena a la música cristiana.
BENDICIONES PARA TODOS.
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