Hola a todos, otra vez.
Me reincorporo al mundo del blog y de la informática después de unos días fuera de la red.
El motivo de mi ausencia ha sido que he participado en encuentro con un grupo de compañeros de mi Congregación Religiosa. Como sabéis algunos, pertenezco a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada y en esta oportunidad hemos tenido un encuentro de oblatos menores de 45 años.
Ha sido una iniciativa del provincial (el responsable nuestro en España) para que compartamos nuestro tiempo de descanso y también podamos cada uno expresar cómo nos encontramos y qué estamos haciendo. También hemos hablado algo de nuestras perspectivas personales y grupales hacia el futuro, cómo nos proyectamos de aquí a unos años en este país español.
Personalmente ha sido oportunidad de reencontrarme con mis compañeros de curso (al menos los que perseveran en la vocación misionera) y eso me ha alegrado mucho.
Uno de ellos está en el Sáhara Occidental en una misión de presencia cristiana en medio del mundo musulmán y en contacto con los responsables de las Naciones Unidas para el referendum de autodeterminación del Sáhara en su relación con Marruecos.
Otro está en el Equipo de Misiones Populares de la provincia, que es una de las prioridades que los últimos años se han venido teniendo en España para desde nuestro carisma misionero responder a la secularización reinante en este país. Acababa de regresar de una misión en Ponferrada junto con otro oblato italiano y un grupo de misioneros de otras congregaciones. Es un trabajo conjunto con Laicos Oblatos y con Misioneras Oblatas de María Inmaculada.
El tercer compañero está ahora en Málaga en una parroquia de las afueras de esta ciudad (en mi barrio) encargado de la pastoral vocacional de la provincia. Actualmente acompaña a un prenovicio e intenta animar el tema de las vocaciones misioneras en este país. Un trabajo difícil sin duda, ya que si no hay cristianos difícilmente podrá haber un resurgir de consagrados para el servicio específico en la Iglesia.
Bueno, amigos. Hasta aquí por ahora mi comentario, que explica mi ausencia en la red estos días y me lleva a compartir el trabajo y las reflexiones que venimos realizando.
Me reincorporo al mundo del blog y de la informática después de unos días fuera de la red.
El motivo de mi ausencia ha sido que he participado en encuentro con un grupo de compañeros de mi Congregación Religiosa. Como sabéis algunos, pertenezco a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada y en esta oportunidad hemos tenido un encuentro de oblatos menores de 45 años.
Ha sido una iniciativa del provincial (el responsable nuestro en España) para que compartamos nuestro tiempo de descanso y también podamos cada uno expresar cómo nos encontramos y qué estamos haciendo. También hemos hablado algo de nuestras perspectivas personales y grupales hacia el futuro, cómo nos proyectamos de aquí a unos años en este país español.
Personalmente ha sido oportunidad de reencontrarme con mis compañeros de curso (al menos los que perseveran en la vocación misionera) y eso me ha alegrado mucho.
Uno de ellos está en el Sáhara Occidental en una misión de presencia cristiana en medio del mundo musulmán y en contacto con los responsables de las Naciones Unidas para el referendum de autodeterminación del Sáhara en su relación con Marruecos.
Otro está en el Equipo de Misiones Populares de la provincia, que es una de las prioridades que los últimos años se han venido teniendo en España para desde nuestro carisma misionero responder a la secularización reinante en este país. Acababa de regresar de una misión en Ponferrada junto con otro oblato italiano y un grupo de misioneros de otras congregaciones. Es un trabajo conjunto con Laicos Oblatos y con Misioneras Oblatas de María Inmaculada.
El tercer compañero está ahora en Málaga en una parroquia de las afueras de esta ciudad (en mi barrio) encargado de la pastoral vocacional de la provincia. Actualmente acompaña a un prenovicio e intenta animar el tema de las vocaciones misioneras en este país. Un trabajo difícil sin duda, ya que si no hay cristianos difícilmente podrá haber un resurgir de consagrados para el servicio específico en la Iglesia.
Bueno, amigos. Hasta aquí por ahora mi comentario, que explica mi ausencia en la red estos días y me lleva a compartir el trabajo y las reflexiones que venimos realizando.
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